Trabajo

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Es una realidad que las dificultades de interrelación humana, en principio aparentemente simples, presentes en el mundo laboral, si se perpetúan en el tiempo acaban por generar situaciones complejas de bloqueo operacional, que pueden afectar a nuestro rendimiento, realización, bienestar y salud.

Sabemos que cuando un sistema, como lo es toda organización y cada uno de los individuos que la conforman, encuentra una estabilidad, aunque sea “enfermiza” o disfuncional, se resistirá a su proprio cambio con base en una propiedad inherente a cualquier sistema: la homeostasis.

Debido a esta homeostasis, toda gran intervención es rechazada, absorbida o integrada por el sistema antes de haber tenido la posibilidad de obtener resultados prácticos. Además hay que tener en cuenta todos los efectos colaterales indeseables que cualquier gran intervención puede tener, por más benéficos que sean sus efectos finales.

Sin embargo, los pequeños pasos aplicados con criterio estratégico en el punto de palanca adecuado, han demostrado obtener una mayor eficacia y eficiencia. Si se reduce el ámbito de la intervención se reduce también el riesgo de efectos colaterales no controlables a corto plazo; los pequeños cambios graduales asumen una posterior progresión geométrico-exponencial que conduce inevitablemente al cambio definitivo del sistema, a un nuevo equilibrio “sano” y funcional.

Este cambio gradual, permite a las personas ir adquiriendo mayor seguridad en sus capacidades para resolver problemas, fijar objetivos, tomar decisiones, implementar proyectos, mediar en controversias, gestionar la resistencia al camio, resolver conflictos, superar bloqueos de la performance o desempeño, mantener la constancia para seguir evolucionando en su plan de carrera profesional… En definitiva, vencer los obstáculos y dificultades cotidianas de interacción humana que surgen en cualquier organización.