Dificultad – Patología
Soluciones Intentadas – de la Dificultad a la Patología: un viaje evitable
En la Terapia Breve Estratégica (TBE), entendemos que las situaciones disfuncionales pueden transitar por tres niveles diferentes: dificultad, problema y, en última instancia, patología. Estos términos describen el grado de complejidad y arraigo que adquiere una situación más o menos complexa a medida que se perpetúan determinados patrones de comportamiento. El paso de un nivel a otro suele ser progresivo y, sobre todo, evitable, si se identifican y modifican a tiempo las estrategias que han dejado de funcionar.
Dificultad: el punto de partida
Al encontrarnos ante una dificultad —ya sea personal, relacional o profesional— nuestra primera reacción suele ser recurrir a una estrategia que nos parezca lógica o que antes nos haya funcionado en escenarios similares. Si estas tácticas cumplen su cometido, la dificultad se resuelve de manera relativamente sencilla. Sin embargo, puede suceder que la solución que intentamos aplicar no rinda los resultados esperados. Cuando ello ocurre y, en lugar de cambiar de estrategia, insistimos en la misma de forma reiterada, corremos el riesgo de escalar hacia un nivel superior de disfunción.
El problema: cuando la dificultad se complica por las soluciones intentadas
La Escuela de Palo Alto y, en particular, los investigadores de la Terapia Breve, describen esta etapa como la de las soluciones intentadas que no sólo fallan, sino que mantienen el problema vivo. Cuanto más se aplican, más se enquista la situación, generando así una dinámica de “más de lo mismo” que impide vislumbrar alternativas. En este punto, la persona suele detectar que su forma de actuar , o de pensar, no resuelve nada, pero la inercia y la falta de nuevas perspectivas la llevan a persistir en la misma línea, a pesar de no obtener resultados.
Esta frustración creciente puede derivar en un círculo vicioso: aumenta la desconfianza en la posibilidad de cambio y se refuerza la creencia de que “ya no hay nada que hacer”. Lejos de reducir el problema, se complica aún más, abriendo paso a su cronificación.
Patología: el último escalón
Cuando el problema se arraiga y se vuelve incapacitante, hablamos de patología. En esta fase, la persona no sólo reconoce que no dispone de soluciones efectivas, sino que asume de forma casi definitiva que no existe salida. Este estado suele conllevar un nivel de malestar significativo y una profunda sensación de impotencia, que puede requerir intervenciones más intensivas o específicas.
El enfoque estratégico: prevenir y revertir
La Terapia Breve Estratégica propone un método de intervención centrado en desactivar las soluciones intentadas fallidas que alimentan el paso de la dificultad al problema, y de éste a la patología. En lugar de buscar explicaciones prolongadas sobre el origen de la situación, la TBE se focaliza en la funcionalidad presente de esas estrategias repetitivas.
- Identificar: Se detectan los patrones que mantienen o agravan la dificultad.
- Interrumpir: Se diseñan intervenciones breves y dirigidas a romper el círculo vicioso.
- Redefinir: Se ofrece una nueva perspectiva que facilite la adopción de comportamientos más funcionales.
Con este planteamiento, es posible evitar la cronificación de la dificultad, restablecer el control sobre la situación y reducir al mínimo el riesgo de que se transforme en patología. La clave radica en la rapidez con que se reconozca y se modifique el curso de las soluciones intentadas que no han funcionado.
La transición de la dificultad a la patología a través del problema no es un proceso inevitable, sino el resultado de aplicar de manera reiterada las mismas soluciones intentadas que fallan. El enfoque estratégico de la Terapia Breve Estratégica, surgido de la Escuela de Palo Alto, se centra precisamente en interrumpir ese círculo vicioso y en prevenir que una dificultad evolucionada desemboque en un trastorno de mayor complejidad. Al reconducir la situación con intervenciones puntuales y específicas, se logra restaurar la confianza en la posibilidad de cambio y resolver los conflictos de forma más ágil y eficaz.